
Intervenciones en el aula: diferencias entre técnicas de Psicología y de Psicología Educativa

Introducción
Hablar de intervención en el aula implica mucho más que aplicar técnicas: supone asumir una postura crítica, situada y dialógica frente a los procesos educativos. La psicología educativa, como campo específico dentro de la psicología aplicada, ha desarrollado un enfoque propio de intervención que se diferencia de otras ramas psicológicas por su anclaje en el contexto escolar y por su finalidad formativa y preventiva.
Autores como César Coll han sido clave para repensar las intervenciones psicoeducativas, distinguiendo entre modalidades (acciones diversas según cada situación concreta) y modelos (estructuras que organizan, explican y permiten analizar dichas acciones). Lejos de enfoques rígidos o técnicos, se trata de pensar las intervenciones como procesos dinámicos, que deben responder a la complejidad de las relaciones entre docentes, orientadores, familias y estudiantes.
La intervención psicoeducativa no se limita a resolver problemas ya instalados, sino que busca anticiparse, prevenir, potenciar el desarrollo integral, construir autonomía y promover condiciones de aprendizaje más equitativas. En este sentido, se diferencia de otras intervenciones psicológicas más centradas en la salud mental o en el tratamiento individualizado.
Intervenir en educación también implica colaborar: construir vínculos profesionales que reconozcan la diversidad de saberes y miradas. No se trata de “delegar problemas” en el psicólogo, ni de suplantar el rol docente, sino de trabajar en conjunto, con respeto, escucha y corresponsabilidad, para transformar las condiciones que afectan el aprendizaje.
Este blog busca identificar las diferencias entre las técnicas propias de la psicología y de la psicología educativa, destacando cómo se materializan en las intervenciones escolares y, a partir de esto, reflexionaremos sobre el rol de los profesionales en contextos educativos actuales y la necesidad de una mirada crítica, sensible y transformadora. La información volcada se basa principalmente en la investigación didáctica "Estrategias y modalidades de intervención psicoeducativa: historia y perspectivas en el análisis y construcción de prácticas y discursos" cuya referencia se encuentra citada en la Bibliografía, asi como también el video a continuación y algunos artículos recientemente publicados en paginas web referentes de la temática que se encuentran al final.

Diferencias en las técnicas de intervención
La psicología es una ciencia que estudia el comportamiento humano y los procesos mentales como el pensamiento, las emociones y la conducta. Su objetivo principal es comprender, prevenir y tratar problemáticas individuales o grupales en distintos contextos: clínico, social, laboral, comunitario, entre otros. Los profesionales en este campo buscan mejorar la calidad de vida de las personas, abordando aspectos como el bienestar emocional, los trastornos psicológicos y las relaciones interpersonales.
En cambio, la psicología educativa es una rama específica de la psicología que se ocupa de los procesos de enseñanza y aprendizaje, especialmente en contextos escolares. Su objetivo central es mejorar la calidad educativa, promoviendo el desarrollo integral de los estudiantes y colaborando con docentes, familias e instituciones. Se orienta a prevenir dificultades escolares, acompañar trayectorias educativas y diseñar estrategias pedagógicas inclusivas. Así, mientras la psicología tiene un enfoque más amplio, la psicología educativa interviene específicamente en el ámbito educativo.
Cuando se habla de intervención en contextos educativos, es importante diferenciar los enfoques y modelos que provienen de la Psicología general (como la clínica, comunitaria o del desarrollo) de aquellos que pertenecen específicamente a la Psicología Educativa. Aunque ambas disciplinas comparten ciertos conceptos y técnicas, difieren en sus objetivos, formas de trabajo y destinatarios.
Modelos de intervención psicoeducativa:
- Modelo clínico o de atención individualizada ("counseling"): Se centra en el diagnóstico y tratamiento individual, con una relación cara a cara entre orientador y alumno. En muchos contextos, se limita a derivaciones al sistema de salud. Es criticado por ser reduccionista, asistencialista y descontextualizado del ámbito escolar.
- Modelo de programas: De enfoque preventivo, proactivo y contextualizado, dirigido a toda la comunidad educativa. Se basa en la planificación de proyectos o programas integrados al currículo. Promueve el trabajo en equipo y la intervención continua con docentes, estudiantes y familias.
- Modelo de consulta: La intervención es indirecta: un docente o directivo consulta a un orientador, quien trabaja con él para ayudar a un tercero (alumno o grupo). Es un modelo colaborativo y simétrico que potencia habilidades en los consultantes y busca generar soluciones compartidas.
- Modelo de animación sociocultural: Enfocado en procesos comunitarios y participativos, con decisiones colectivas y horizontales. Apunta a la transformación social desde la comunidad educativa, aunque puede diluir la especificidad del rol del psicólogo u orientador.
- Modelo constructivista de asesoramiento: Parte de un enfoque interaccionista y constructivista, que busca desarrollar mayor autonomía y comprensión crítica en docentes y estudiantes. Se centra en las concepciones previas sobre la enseñanza y el aprendizaje, favoreciendo procesos significativos.
Desde la Psicología general, los modelos de intervención suelen estar orientados a la salud mental, el bienestar emocional y la resolución de conflictos personales o familiares. Algunos de los modelos más reconocidos en este campo son:
- El modelo clínico tradicional, centrado en el diagnóstico y tratamiento de trastornos psicológicos a través de entrevistas, evaluaciones y terapias individuales. La relación entre profesional y paciente suele ser asimétrica, y el foco está en el “síntoma” que presenta la persona.
- El modelo psicodinámico, basado en las teorías de Freud y sus seguidores, que busca comprender el inconsciente y resolver conflictos internos a través de un proceso terapéutico prolongado.
- El modelo cognitivo-conductual, que propone cambiar pensamientos y conductas disfuncionales mediante técnicas estructuradas y colaborativas, como la reestructuración cognitiva o el entrenamiento en habilidades sociales.
- El modelo sistémico, que analiza a la persona en relación con su entorno (familia, pareja, grupo), e interviene sobre las dinámicas relacionales más que sobre el individuo aislado.
- El modelo comunitario, que promueve la participación activa y el bienestar colectivo mediante acciones de promoción de la salud, redes de apoyo y trabajo territorial.
En contraste, los modelos de Psicología Educativa se orientan principalmente al desarrollo integral del estudiante, la mejora de las prácticas docentes y el acompañamiento institucional, siempre desde una perspectiva preventiva, colaborativa y formativa con un enfoque en el estudio de los cambios surgidos en la persona como fruto de su relación con contextos educativos formales o no, y se lo diferencia también de la Pedagogía, ya que esta se dedica al estudio de procesos psicológicos involucrados específicamente en el aprendizaje y la enseñanza humana a lo largo de toda la vida.
Ahora bien, ¿cómo se sustentan teóricamente estas formas de intervenir? Diversos enfoques psicológicos aportan marcos conceptuales que orientan tanto las prácticas clínicas como las educativas. El enfoque conductista, por ejemplo, se refleja en estrategias de modificación de conducta, como los refuerzos positivos, que pueden aplicarse tanto en contextos terapéuticos como en el aula. El enfoque cognitivo permite comprender cómo intervenciones centradas en el pensamiento, la atención y la memoria favorecen el aprendizaje autorregulado y la resolución de problemas. Por su parte, el enfoque constructivista sustenta prácticas basadas en la participación activa del estudiante, la construcción de significado y la colaboración entre pares, tan relevantes en contextos escolares.
Reconocer y articular estos enfoques no solo enriquece el análisis, sino que también permite diseñar intervenciones más integrales, ajustadas a las necesidades reales de niños y adolescentes, considerando tanto su mundo interno como el entorno en el que aprenden y se desarrollan.
En este sentido, ¿Cómo podemos fomentar una mirada integral que combine la salud mental y el desarrollo pedagógico en la intervención educativa? ¿De qué manera la colaboración entre psicólogos y psicólogos educativos puede potenciar las estrategias de intervención en el aula?
A continuación, se presentan algunas situaciones de ejemplos para pensar en la intervención de estos profesionales:

¿Cómo impactan las diferentes formas de intervención psicológica y psicoeducativa en el bienestar y aprendizaje del estudiante?
Las intervenciones psicológicas y psicoeducativas tienen un impacto significativo y complementario en el bienestar y aprendizaje del estudiante. La intervención psicológica, centrada en el individuo y su salud mental, ayuda a resolver dificultades emocionales, conductuales o cognitivas que pueden interferir en el proceso educativo. Al mejorar el bienestar emocional del estudiante, se crea una base sólida para su desarrollo personal y académico.
Por otro lado, las intervenciones psicoeducativas actúan de manera más amplia y preventiva, abordando el contexto escolar y promoviendo ambientes inclusivos, colaborativos y enriquecedores. Estas intervenciones favorecen la convivencia, la motivación y la participación activa de los estudiantes, lo que repercute positivamente en su rendimiento y desarrollo integral.
En conjunto, estas formas de intervención permiten atender tanto las necesidades individuales como las colectivas, potenciando no solo el aprendizaje, sino también la salud emocional y social del estudiante, pilares fundamentales para su éxito y bienestar general.

Conclusión
Comprender las diferencias y complementariedades entre la Psicología y la Psicología Educativa permite enriquecer las prácticas escolares con intervenciones más integrales, contextualizadas y colaborativas. Mientras los modelos psicológicos tradicionales suelen centrarse en el individuo y su salud mental, los modelos de la psicología educativa se orientan a la mejora del aprendizaje, la convivencia escolar y el desarrollo de toda la comunidad educativa. Ambos campos pueden dialogar entre sí, pero es fundamental reconocer sus diferencias en cuanto a objetivos, metodología y contexto de aplicación. No se trata de elegir entre enfoques, sino de construir puentes que permitan abordar al estudiante en toda su complejidad: como sujeto de derechos, aprendizajes, vínculos y emociones. Integrar la mirada clínica con la educativa nos invita a repensar la escuela no solo como espacio de transmisión de saberes, sino también como un escenario privilegiado para el cuidado, la prevención y el desarrollo humano.

Reflexion final
Desde mi rol en formación como docente, esta investigación me hizo repensar el valor de mirar al estudiante de forma integral. Entender que no solo aprendemos contenidos, sino que también convivimos, sentimos y atravesamos experiencias en la escuela, me hace valorar la importancia de intervenir desde distintos enfoques. Reconocer las diferencias entre la Psicología y la Psicología Educativa significa aprender a trabajar de manera conjunta, con respeto por los saberes de cada disciplina. Me llevo la convicción de que no hay recetas únicas, pero sí herramientas que, bien aplicadas y compartidas, pueden transformar la realidad educativa y acompañar mejor a cada estudiante en su camino. Como futura docente, me siento comprometida a seguir formándome para generar espacios de aprendizaje que sean también espacios de cuidado, contención y crecimiento humano.

Bibliografia:
-
Erausquin C., Denegri A. y Michele J. (2014). Estrategias y modalidades de intervención psicoeducativa: historia y perspectivas en el análisis y construcción de prácticas y discursos. Material Didáctico Sistematizado.
- www.psicologiaymente.com
- https://neuropcion.com/diagnostico-psicologico/
- Universidad de Salamanca. (s.f.). Capítulo 1: Introducción a los modelos de evaluación. [PDF]. https://sid.usal.es/idocs/F8/8.11-5035/cap1.pdf
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